Gregg Braden - La Ciencia de los Milagros

Los textos más antiguos sugieren que todo en nuestro mundo está conectado en formas que recién estamos comenzando a entender. Este campo de energía es de hecho definido por científicos occidentales como una red, que crea lo que llamamos la tela subyacente a toda la creación. Y ese campo responde a las emociones humanas. Debemos sentir como si nuestras plegarias ya hubiesen sido respondidas, así es como nos conectamos con el campo, con la mente de Dios.

Cada momento de nuestras vidas es un constante dialogo con el universo, vivimos en un universo participativo y por ello el mundo es un reflejo de nuestras emociones y pensamientos, creencias y oraciones. El pensamiento da direccion o enfoca las emociones. Al conectar el poder de la emoción con la dirección del pensamiento creamos un Sentimiento, el cual está en nuestro corazón. Por tanto, el sentimiento es el lenguaje con el que hablamos al campo y así creamos este mundo.

Hay 5 formas de rezar: la informal, la peticional, la ritualística, la meditativa y la basada en el sentimiento: con ésta última podemos proyectar esa plegaria a donde queramos influir, sintiendo que ya está sucediendo lo que pedimos; con experiencias en este aspecto, pudimos determinar que la cantidad necesaria de personas para afectar positivamente a una comunidad es la raíz cuadrada del 1% de esa comunidad.
Ej: Con una persona en pleno sentimiento se influyen 100 personas.
Con 2 personas en pleno sentimiento se influyen 400 personas.
Con 3 personas en pleno sentimiento se influyen 900 personas.
Con 4 personas en pleno sentimiento se influyen 1.600 personas.
Con 5 personas en pleno sentimiento se influyen 2.500 personas.
Con 6 personas en pleno sentimiento se influyen 3.600 personas.
Con 7 personas en pleno sentimiento se influyen 4.900 personas.
Con 8 personas en pleno sentimiento se influyen 6.400 personas.
Con 9 personas en pleno sentimiento se influyen 8.100 personas.
Con 10 personas en pleno sentimiento se influyen 10.000 personas.